viernes, 19 de junio de 2020

Asumir la autoridad interna.

¿QUÉ VES? ¿CUÁL ES LA REALIDAD?
Hay crisis, en realidad ya lo sabíamos, otra cosa es que no la quisiéramos ver. Tanta gente estresada, alcoholizada, deprimida, vacia de sentido, ...
Tanto dinero mal gestionado desviado al negocio de las armas, construcción, creación de pastillas para alivios rápidos, etc.,  al tener doble de todo y cambiarlo rápidamente por lo último,.., descuidando la educación, la sanidad, la agricultura,...
La época de aislamiento para parapetarse en una falsa seguridad basada en la acaparación de cosas perecederas y defender solo lo propio, ya no vibra con la energía actual.
Lo que se nos pide ahora  es crearnos como INDIVIDUOS independientes que saben cuidarse y gestionarse. Y junto con ello discernimiento para responder con nuestros recursos, creer que hay para todos, solidaridad para avanzar juntos a un ritmo más natural, saludable y justo.

Es nuestra obligación conocer nuestro cuerpo, no dejar en manos de nadie la atención de la salud propia. Ningún estado es nuestro papá, así que no seamos dependientes de su cuidado, cada cual somos responsables, escuchemos a nuestra autoridad interna. El rumbo de la vida, la libertad, la salud son decisiones personales, no son negociables limitaciones en dichos derechos individuales.
No hay fuera ninguna mamá que solícita va a despertarse en medio de la noche para nutrir con su leche nuestras necesidades.
Ser mi sol y mi luna, como se diría en astrología. Conciliar:  debes hacer, (responsabilidad, Saturno) / quiero hacer (lo que soy, Sol), / siento (lo que necesito, Luna). Ser mi propio Sol= percibir conscientemente mi identidad, ser independiente, ser expresión creativa de mi yo, ser capaz de evaluar lo que debo o no hacer, guiarme por mi autoridad interior, confiar en mí. Ser mi propia madre=  encontrar refugio en mí, aprender a cuidarme y atender mis necesidades, ser capaz de adaptarme a lo que me rodea, percibir mis sentimientos y dependencias.


Teniendo claro que ser responsable implica asumir las consecuencias de los propios actos.
Y creyendo que estamos dotadas de tantos recursos que podemos crear lo que queramos:
·Un cuerpo físico que se autorregula y sana con sus propios mecanismos biológicos, químicos, eléctricos.
·Un cuerpo mental que nos conecta con infinitas posibilidades: imaginación, inteligencia, autorreflexión.
·Un cuerpo emocional que nos permite empatizar, atendernos, relacionarnos.
·Un cuerpo espiritual que nos conecta con la consciencia para percibir el ser divino que somos y poder dar un sentido a lo que no comprendemos con el ojo y mente humanos.

Si no escuchamos lo que la vida nos va susurrando con delicadeza, su misma fuerza vital nos empuja a gritos a atenderla. 

¿VES LO MISMO QUE ANTES? ¿CUÁL ES LA REALIDAD?

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