lunes, 25 de septiembre de 2017

Normalizar los tiempos de dificultad


Cuando nos toca vivir un momento amargo queremos que termine lo antes posible sin ser conscientes del regalo que puede suponer dicho episodio ya que, esos tiempos en que se me obliga a parar contra mi voluntad, cuando no puedo controlar nada y me siento perdida, suelen ser los más idóneos para escuchar. Escucharme. 
Atender de verdad, sin prisa, en silencio, con sinceridad al Ser que habita en Mí.
Si normalizamos estos periodos quizás podamos aprender de ellos, pues sirven a una finalidad, no son para hacernos sentir mal ni son un castigo o una maldición. La vida es un vaivén y se puede estar en cada punto del balanceo con igual naturalidad.

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