sábado, 28 de febrero de 2015

Fortalezas de MODERACION Y TEMPLANZA

V. MODERACIÓN  

Templanza o moderación: Seligman se refiere a esta virtud referida como la expresión apropiada y moderada de apetitos y necesidades. Una persona comedida espera la mejor oportunidad para satisfacer sus deseos sin perjudicar a nadie. 
Incluye el perdón, la humildad, la discreción y el autocontrol.


16. CAPACIDAD DE PERDONAR, MISERICORDIA

El perdón y la compasión son fortalezas de templanza.

Perdonar es amar. Del latín per-donare, per intensifica el verbo donare; es dar abundantemente, entregarse.

        “El amor se prueba en la fidelidad, y se completa en el perdón” 
                                       Werner Bergengruen

La misericordia sería sentir compasión por los que sufren y ofrecerles ayuda.
Esta fortaleza se refiere también a la capacidad de perdonar a aquellas personas que han actuado ocasionaNdo malestar, dándoles una segunda oportunidad, sin venganza ni rencor.

El perdón quizás nos cueste menos si somos capaces de comprender que nos  beneficia ya que  nos permite deshacernos de emociones negativas que no son efectivas.  Quizás pensemos que debamos seguir teniéndolas para castigar al ofensor, pero a quien más afecta negativamente es a uno mismo. Si las desechamos nos liberamos de un estado ansioso de lucha o huida facilitándonos estados biológicamente más saludables y no nos mantiene anclados y pendientes de quién nos lastimó, es decir, podemos desvincularnos emocionalmente del agresor.

Así, como “víctima”, puedo desarrollar sentimientos positivos e incluso intentar una reconciliación, aunque no es obligatoria, lo cual no es incompatible con reclamar justicia, siempre desde la no venganza. La compensación y el poder sentarse a analizar, agresor con agredido, la experiencia vivida y las consecuencias puede ser el aprendizaje positivo para ambas partes.

El perdón es, muchas veces, una necesidad de la víctima para liberarse de sus sentimientos negativos y no hace falta que el agresor pida perdón para que se produzca. Realmente, el perdón es opcional. Se suele vivir como una liberación, pero muchas personas precisan de esa carga como manera de protección ante el dolor que experimentan por la agresión.
   
Olvidar para no perdonar no es sanador, pues la herida permanece: aunque haya una cicatriz ésta me sirve para recordar y anclar y no hay cura real.

   “Mientras el cuchillo está en la herida, la herida nunca se cerrará”
  
En ocasiones, según la ofensa, hay que tener mucho valor para encarar el horror, la injusticia, etc. y ser realista sin añadir distorsiones, juicios ni disculpas.
Como la decisión de perdonar no implica que desaparezca la herida ni la memoria hay que mantenerse en el tiempo en la actitud de benevolencia.
Como, cuando alguien nos ofende, el amor apenas es posible, primeramente tenemos que separarnos de algún modo del agresor.

Perdonar es comprender, tener la convicción de que en cada persona, detrás de todo el mal, hay un ser humano vulnerable capaz de cambiar. Significa creer en la posibilidad de mejora y de evolución de los demás. 
Todos somos débiles y fallamos con frecuencia. Y, muchas veces, no somos conscientes de las consecuencias de nuestros actos: “no sabemos lo que hacemos”.


Perdonar también va ligado a la generosidad pues exige un corazón bondadoso e ir más allá de la justicia. Hay situaciones complejas en las que restituir con justicia no sirve (por ejemplo, perder a alguien querido). El perdón no anula el derecho, pero lo excede infinitamente. A veces, no hay soluciones en el mundo exterior, pero se puede mitigar el daño interior con cariño.

El perdón auténtico es también humilde y respetuoso con el otro, no domina ni menosprecia, ni juzga.


Y tener en cuenta que no es lo mismo la ofensa infantil de los pequeños que la ofensa entre adultos.
   
Ya que todos hacemos daño a los demás alguna vez, aunque quizá sin darnos cuenta, parece importante ejercitar esta fortaleza. Actitudes que nos facilitan perdonar;

1. Puedes perdonar al otro incluso sin dárselo a entender. Es un regalo que le hago, aunque no se entera o aunque no sabe porqué. Yo sí lo sé y eso me basta. Pruébalo al menos una vez para notar cómo te puedes sentir, ¡¡¡seguramente te vas a sorprender gratamente!!

        “La justicia sin la misericordia es crueldad.” Santo Tomás


2. Cuando te ofendan abandona rápidamente el resentimiento, los juicios negativos, etc. hacia quien te lastima y, en su lugar, ábrete a sentimientos de compasión, generosidad y amor.


3. Si cuando vayas a perdonar lo haces calculando, especulando, con una meta en mente....trabájalo un poco más. “Te perdono para que te des cuenta de la barbaridad que has hecho/ para que mejores/ para que veas que te quiero”... puede tener un fin educativo, pero no es perdón verdadero.

“Te perdono porque te quiero –a pesar de todo.”



4. Cuestiones para reflexionar que pueden ayudarte a perdonar:
¿Quiero realmente perdonar? ¿Estoy dispuesto a hacerlo? ¿Soy sincero para reconocer que también tengo faltas? ¿Me arrepiento de mis faltas y equivocaciones que cometo?  ¿Pongo medios para reparar mis ofensas? ¿Cuáles?


 5. Considera lo siguiente para decidir cómo quieres vivir con lo ocurrido el resto de tu vida: Si no perdono al otro le quito espacio para desarrollarse sanamente, se aleja de su ideal y de su autorrealización, etc. Así que recuerda:  Se puede marcar y dañar muchísimo a una persona con palabras injustas y duras, con malos pensamientos o negando el perdón. Considera esto en tu balanza para inclinarte hacia el perdón. 

6. Con los niños, sé compasivo e indaga de dónde pueden surgir esos sentimientos de “justicia compensatoria” . Quizás tengas que enfadarse con tus propios padres y luego perdonarlos, para poder perdonarte a ti mismo y finalmente ser benevolente con tus hijos.
  
7. Conócete para saber cuando entras en la excitación que ya no puedes controlar. Cuando te sales de tus casillas gritas cosas que, en el fondo, no piensas ni quieres decir. Para que no seas tú quién tenga que pedir perdón después, aprende a regularte en tus emociones de ira, rabia, agresividad, etc. Practica la respiración consciente para no entrar en la espiral de activación descontrolada.

8. Escribe una carta de perdón. Has de saber que lo que nos enoja de cierta actitud de alguien o lo que nos molesta de una situaciónn, es que nos muestran como si fueran un espejo, un rasgo o un conflicto que en realidad es nuestro. Algo con lo que no estamos conformes o que nos resulta desagradable y combatimos en nosotros mismos. Esto lo podemos aprovechar para descubrirnos y reconciliarnos con nosotros mismos y así aceptarnos, valorarnos y querernos.

9. Tenemos que creer en las capacidades del otro y dárselo a entender. Es impresionante ver cuánto puede transformarse una persona, si se le da confianza y se le trata según la idea de que ya es maravilloso. 

        “Si quieres que el otro sea bueno, trátale como si ya lo fuese.”

10. Beneficios del perdón, a través de películas: En la ciudad sin límites, El rey pescador, Una historia verdadera, Hace mucho que te quiero, El club de la buena estrella, El color púrpura, La misión,....

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