jueves, 30 de abril de 2020

Psicología Social o cómo nos comportamos: EL PODER DE LA AUTORIDAD EN LA OBEDIENCIA

                "El hombre es un ser social por naturaleza" Aristóteles


"La Psicología Social es la ciencia que estudia la interacción de los seres humanos, sobre todo en grupos y situaciones sociales. Observa cómo los pensamientos, sentimientos y comportamientos de las personas son influidos por la presencia real, imaginada o implícita de otras personas" Allport (1985)

Hay muchos experimentos publicados acerca de cómo nos comportamos.

Antes de continuar leyendo, reflexiona
¿Te consideras una persona normal? ¿Eres coherente, sana, respetuosa, amable, empática, ...? 
¿Serías capaz de hacer daño a otra? Si crees que podrías llegar a agredir a otra persona, ¿en qué situaciones? ¿Qué lo justificaría? 
¿Tienes valores que te guían al comportarte? ¿Cuáles son tus valores, tus principios éticos de conducta?
¿Te decían de pequeño/a que un niño o niña bueno/a es obediente? 
¿Te cuestionas las verdades que te cuentan, indagas por tus propios medios su veracidad?


Experimento de Stanley Milgram sobre la obediencia

Publicado en 1963 y dirigido por este psicólogo . Objetivo: medir la disposición para obedecer órdenes de una figura de autoridad aún cuando éstas pudieran entran en conflicto con la conciencia de la persona que participaba en el estudio. 

PREPARACIÓN
Milgram reclutó a 40 participante, se les explicó que iban a formar parte de un experimento sobre memoria y aprendizaje. Se les pagaba 4 dólares por participar asegurándoles que conservarían el pago independientemente de lo que pasara.

Hacían falta tres personas: investigador (con bata blanca, portando autoridad) maestro y alumno. A los voluntarios siempre se les asignaba el rol de maestro. Alumno e investigador eran cómplices de Milgram. Maestro y alumno eran asignados en habitaciones diferentes y conjuntas. El maestro observaba como al cómplice-alumno se le ataba a su silla para “evitar movimientos involuntarios” y se le colocaban electrodos. El voluntario-maestro permanecía en su habitación frente a un generador de descarga eléctrica con treinta interruptores que regulaban la intensidad de la descarga, incrementada en 15 voltios, oscilando entre 15 y 450 voltios. El investigador le comunicaba que así proporcionaría la descarga indicada al alumno. 

Milgram etiquetó el panel del generador de descargas y se leían claramente las intensidades de la descarga (moderado, fuerte, peligro: descarga grave y XXX). Realmente el generador era falso y no proporcionaba ninguna descarga al alumno (pero esto lo desconocía el voluntario). Sí producía sonido al pulsar los interruptores.

EXPERIMENTO
El voluntario-maestro fue instruido para enseñar pares de palabras al aprendiz y, si éste cometía algún error, el alumno debía ser castigado aplicándole una descarga eléctrica, que sería 15 voltios más potente si había error. 

Aunque los alumnos no recibieron descargas, se simulaba de cara al participante, con  audios grabados con lamentos y gritos, cada vez más pesarosos según se incrementaba la potencia de descarga. Si el maestro se negaba o llamaba al investigador (que se hallaba cerca de él en la misma habitación) éste respondía invariablemente y con invitación persuasiva: “siga por favor”, “el experimento necesita que usted siga”,  “usted no tiene otra opción, debe continuar”. Si el voluntario preguntaba quién era responsable si algo le pasaba al alumno, el experimentador se limitaba a contestar que él era el responsable.

RESULTADOS
Durante la mayor parte del experimento, muchas personas mostraron tensión y angustia cuando escuchaban los alaridos. Tres tuvieron ataques largos e incontrolables. Aunque la mayoría de personas se sentían incómodas, todas obedecieron hasta los 300 voltios y 25 de 40 siguieron aplicando descargas hasta el nivel máximo. 

El 65% de personas llegó hasta el final, incluso cuando en algunas grabaciones el alumno se quejaba de tener problemas cardíacos. 

CONCLUSIONES extraídas por Stanley Milgram

1) Cuando una persona obedece los dictados de la autoridad, su conciencia se diluye y la responsabilidad propia deja de asumirse. 

2) Las personas son más obedientes cuanto menos han contactado con la víctima y cuanto más lejos se hallan físicamente de ella. 

3) Los personas con personalidad autoritaria son más obedientes que las no autoritarias (clasificados tras una evaluación previa). 

4) A mayor proximidad con la autoridad, mayor obediencia. 

5) A mayor formación académica, menor intimidación produce la autoridad, y la obediencia disminuye. 

6) Personas que han recibido instrucción de tipo militar o con severa disciplina muestran más propensión a la obediencia. 

7) Hombres y mujeres jóvenes obedecen por igual. 

8) La persona siempre tiende a justificar sus actos inexplicables.

9) Interpretamos a nuestra conveniencia (Se describían las descargas como dolorosas no como peligrosas)

9) Conocer que el estudio era patrocinado por Yale, institución académica de confianza, hacía creer a muchos participante que el experimento sería seguro.

10) Los maestros asumieron sin cuestionamiento que el experimentador era competente y experto.




Antes del experimento, personas expertas habían hipotetizado que sólo un 1% al 3% de las personas participantes activaría el interruptor de 450 voltios. Y además experimentarían alguna patología, psicopatía o impulsos sádicos.

Milgram, para explicar dichos resultados propuso las siguientes HIPÓTESIS

a. Conformidad con el grupo. Basada en el experimento de conformidad de Asch; una persona que no tiene la habilidad ni el conocimiento para tomar decisiones, particularmente ante una crisis, transferirá las decisiones al grupo. 

b. Cosificación. La esencia de la obediencia consiste en que la persona se percibe únicamente como un instrumento para la realización de los deseos de otra, y no se considera responsable de sus actos. 

Otros experimentos que siguió realizando Milgram, en la década de 1960, indicaron que la presencia de compañeros rebeldes reduce drásticamente los niveles de obediencia.



Los resultados demuestran que personas como tú y como yo, 
ante la orden de una figura con un poco de autoridad, somos capaces 
de saltarnos los códigos básicos de respeto a la vida y actuar con crueldad. 

Podemos retomar las reflexiones.....



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