¿Te has planteado cuánto despilfarro
en regalos se va a propiciar en estas fiestas? Si el tema te preocupa, sigue
leyendo.
> El objetivo de hacer un regalo
es mostrar mi cariño, afecto, interés,
etc. por la persona a quién se lo doy, pero se ha mercantilizado totalmente en
nuestra sociedad y valoramos más el precio que pagamos por él que el tiempo, esfuerzo o ilusión que se ha
empleado en pensarlo, buscarlo y prepararlo. Sería interesante ver más allá de
lo monetario/económico. Y también
podríamos pensar en su procedencia, si respeta el medio ambiente, si es útil
realmente, si lo necesito, etc.
> Con “el regalo con efecto” me refiero a lo que los
economistas llaman el “efecto multiplicador que tiene un gasto”. Una
explicación simplificada sería: el dinero que gastas tiene un efecto en la
economía que se multiplica porque quién recibe tu dinero lo gastará en otro sitio y así sucesivamente
provocando un empuje que multiplica varias veces el que haces tú solo con tu
compra. Lo que pasa es que en esta sociedad en la que existen paraísos
fiscales, SICAVs (sociedades de
inversión de capital variable), deslocalización de las fábricas, explotación
que asemeja al esclavismo en los países del sur y explotación en nuestro propio
país mediante salarios y contratos basura, dicho efecto pierde prácticamente
ese impulso multiplicador. ¿Cómo se puede evitar? Comprando en una tienda del
barrio a cuyo propietario no le será tan fácil evadir impuestos, ni tiene capital para formar una SICAV o contratar a un experto financiero que le
monte una sede en un paraíso fiscal.
> ¿Qué opciones hay?
- La más obvia: hazlo tú personalmente
potenciando al mismo tiempo tu parte creativa e ingeniosa. Original, reciclado,...
pero que sabes va con el gusto de la persona destinataria y ella sabe que está
hecho con amor.
- Regala tiempo; dedica una parte de
tu tiempo a estar, escuchar, atender, jugar,.... con él/ella totalmente
disponible y presente. El regalo será mutuo porque verás todo lo que vas a
recibir estando así para esa persona.
- Obsequia salud y bienestar; una
sesión equilibrante de Terapia de Polaridad, por ejemplo, es un regalo
inolvidable y ético.
- Compra en una tienda de Comercio
Justo; sabes que los beneficios se reinvierten y ayudan al desarrollo de los
países.
- También puedes regalar desarrollo si
prestas pequeños microcréditos para
países del sur colaborando a que así puedan crear sus negocios. En España
puedes ayudar a emprendedores en proyectos de crowdfunding.
- Hay medios de información
alternativos que no utilizan la publicidad y sobreviven gracias a suscripciones de sus lectores. Si regalas una suscripción apoyas
para que estos medios sigan informando sin la presión de las grandes
empresas y además estás mostrando al destinatario de tu regalo de que otro tipo de información es
posible.
-Si conectas con la solidaridad, la ecología, la ética tu regalo puede ser la primera cuotas de socio a una ONG,
la primera cesta de furta
de un grupo de consumo, abrir una cuenta en un banco ético, un kit de
compostaje,...
-Regala un bono con una propuesta de
trueque de servicios.
O... seguro que se te ocurre algo
más.
Haz regalos a la gente que quieres, ¡claro que sí!. Y, desde este momento, prueba a hacerlo de modo diferente, ético
y respetuoso rescatando el valor del esfuerzo, la creatividad, y la buena
intención.
Aprecio personal+realismo comprometido+imaginación creativa... =
ResponderEliminaruna fórmula magistral! para regalos y para andar por la vida!
Ana, FELIZ NAVIDAD y 2014 para ti y tus lectores!
Gracias a tí, Anónimo!! Feliz 2014!
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