Muy muy muy interesante lo que ha salido en este encuentro.
MUERTE
La muerte es parte integrante de la vida y obviarla no hace sino aumentar la angustia cuando inevitablemente tenemos que enfrentarnos a ella.
“No somos seres humanos viviendo una experiencia espiritual;
somos seres espirituales viviendo una experiencia humana”
Pierre Teilhard de Chardin
PERDIDAS
Nos acompañan continuamente y hay muchos tipos. Según Arnaldo Pangrazzi, podemos englobarlas en pérdidas:
1. De la vida: se pierde otra persona o la propia vida.
2. De aspectos de sí mismo: las que tienen que ver con la salud, por ejemplo, pérdida de las capacidades sensoriales, cognitivas, así como psicológicas, por ejemplo, la autoestima, ideales, ilusiones, etc.
3. De objetos externos: pérdidas materiales, como perder un trabajo, un hogar, pertenencias y objetos importantes para cada persona.
4. Emocionales: Como cuando ocurren rupturas con la pareja o amistades.
5. Ligadas al desarrollo: relacionadas al ciclo vital normal de las etapas de infancia, adolescencia, juventud, adultez y vejez.
En especial las pérdidas relacionadas a personas, son experiencias que necesitan ser compartidas, acompañadas y respetadas porque nos obligan a reestructurarnos emocional y afectivamente. Si tenemos el espacio y el apoyo adecuados, este proceso es más fácil y esperanzador.
¿CÓMO AFECTAN LAS PERDIDAS?
Así como cada persona es diferente, así serán las vivencias; así que las manifestaciones a causa de las pérdidas varían en cada persona. Las más comunes pueden ser:
Dimensión física: Molestias físicas como la sensación de “vacío” en el estómago, nudo en la garganta, sequedad en la boca, alteraciones de sueño y alimentación, sensación de opresión en el pecho, palpitaciones, falta de energía, etc.
Dimensión emocional: Experimentar variados sentimientos, como tristeza, enojo, miedo, culpa, soledad, ansiedad, impotencia, añoranza, desesperanza, alivio y liberación.
Dimensión cognitiva: Dificultad para concentrarse, falta de interés por las cosas, confusión,...
Dimensión conductual: Cambios en el comportamiento; aislamiento social, hiperactividad, retraimiento, aumento en el consumo de tabaco o alcohol.
Dimensión social: Encerrarse en sí y aislarse y rechazar a los demás.
Dimensión espiritual: Replanteo de creencias, idea de trascendencia. Cuestionamientos tipo “¿por qué a mí?”, etc.
Si no nos permitimos sentir el dolor de la pérdida, ese dolor se puede instalar con comportamientos poco saludables, o aparecer más tarde de forma descontrolada con crisis, depresiones y otros problemas.
DUELO Y FASES
El duelo es un proceso natural, como nacer, trabajar, tener hijos, jubilarse…; es un paso más de la vida.
Socialmente se habla poco aún del duelo. La falta de información aumenta el sufrimiento y dificulta la solución de problemas. Es necesario normalizar y trabajar el duelo y compartir las experiencias, ya que expresar el dolor y las dificultades permite la recuperación.
Las fases y tareas para elaborar el duelo según Elizabeth Kübler-Ross son:
1. Negación > Reacción que se produce de forma muy habitual inmediatamente después de la pérdida. Con frecuencia va aparejada a un impacto que provoca estado de shock o embotamiento emocional e incluso cognitivo.
2. Ira > El fin de la negación va asociado a sentimientos de frustración y de impotencia con respecto a la propia capacidad de modificar las consecuencias de la pérdida. Ello conlleva la aparición de enfado y de ira. Durante esta etapa la persona busca atribuir la culpa de la pérdida (a otra persona o incluso a una misma)
3. Negociación > Aquí la persona guarda la esperanza de que nada cambie y de que puede influir de algún modo en la situación. Comienza el reconocimiento de la pérdida, pero aún se “regatea” con la realidad.
4. Depresión > Ahora la persona empieza a asumir de forma definitiva la realidad de la pérdida, lo que genera sentimientos de tristeza y de desesperanza junto con otros síntomas como aislamiento social o falta de motivación.
Puede que la vida deje de tener sentido para nosotras, al menos durante un tiempo, pero en esta fase se necesita para normalizar y permitir estos sentimientos de tristeza tan naturales.
5. Aceptación > Hay una reconciliación con la realidad, llega la aceptación de la pérdida y un estado de calma asociado a la comprensión de que la muerte y otras pérdidas son parte de la vida.
Según cómo evolucionen estas fases, que no tienen que darse todas ni en este mismo orden necesariamente, podemos hablar de además de diferentes tipos de duelo: complicado, anticipado, retardado, crónico y normal.
SUPERAR EL DUELO
El duelo se supera cuando
• Descubrimos que el vínculo con el ser querido permanece y logramos percibir que nos sigue acompañando.
• Diferenciamos lo positivo y negativo de ese vínculo, y nos quedamos en paz con la persona fallecida.
• Logramos poner de nuevo en marcha nuestro proyecto vital.
¿SUFRIMIENTO O DOLOR?
El dolor es inherente al ser humano y brota desde nuestro corazón naturalmente cuando perdemos un ser querido, pero puede convertirse en sufrimiento, como un dolor inútil, sin sentido.
El dolor se produce debido a la separación tanto física, mental y emocional con la persona querida con la que hemos vivido y no somos capaces de aceptar esa gran separación. El sufrimiento llega si no somos capaces de aceptar la vida actual y nos empeñamos en proyectarla en los recuerdos y apegos que teníamos con ese ser desaparecido. Esto provoca no vivir el presente, ni ser capaces de pensar que pueda existir un futuro grato, nos puede acabar conduciendo a una especie de “muerte en vida”.
“Aunque parezca imposible, la experiencia de la muerte nos brinda la oportunidad de seguir conociéndonos, aprendiendo, creciendo y mejorando”
MITOS
“La muerte tiene una dimensión social y cultural que varía según el momento histórico, las costumbres, las creencias y la sociedad donde acontece y que puede influir facilitando o dificultando los procesos de duelo individuales de las personas” José Bermejo
Algunos mitos a repensar:
· El duelo se resuelve aproximadamente en un año. No: dura lo que cada persona necesita.
· El duelo es como una depresión. No: El duelo no es una enfermedad, sino una reacción normal.
· Hay muertes que son peores que otras. No: El duelo no es una competición para ver quién tiene la peor desgracia y sufre más.
· La muerte “natural”, sobre todo de una persona mayor, no genera duelo. No: lo que importa es la vinculación que se tenía con quien se ha perdido.
· Los hombres lo llevan mejor, para ellos es diferente, se recuperan antes. No: el género no importa.
· Quien más llora es quien más dolor tiene. No: el llanto es solo una manera más de expresar el dolor.
· Las personas jóvenes lo llevan mejor. No: todos los seres humanos viven sus experiencias de dolor diferente.
· Lo mejor que puede hacer una persona en duelo para recuperarse es pasar página. No: el tiempo para centrarse en el dolor también es necesario.
· El duelo es un proceso lineal de cinco fases y luego acaba. No: es un proceso dinámico, con etapas, pero no todo el mundo pasa por todas ni en el mismo orden.
Y también hay mitos respecto al duelo en niños y niñas a revisar, como que: los niños no sufren; su sufrimiento no es tan profundo como el de los adultos; tienen suerte, porque no entienden la muerte; deben ser protegidos del dolor y el sufrimiento que la muerte conlleva para mantener su inocencia; o son capaces de olvidar fácilmente a la persona cercana fallecida.
AUTOCUIDADO DURANTE EL DUELO
Lo primero es atender lo FÍSICO – SOMÁTICO; si no se cuida el cuerpo, todo lo demás se resiente. Recomendaciones:
1. No abandonarse: Seguir teniendo los hábitos de cuidado personal de aseo, vestido, etc.
2. Comer e hidratarse
3. Dormir adecuadamente
4. Escucha el cuerpo: desacelerar y descansar
5. Hacer ejercicio
6. Realizar actividades físicas creativas
7. Evitar consumir alcohol, tabaco y drogas
8. Realizarse masajes
Además cuidar lo EMOCIONAL - RELACIONAL ¿Cómo?
1. Entender y aceptar los sentimientos
2. Expresar emociones
3. Conversar con otras personas
4. Red de apoyo de personas en las que se puede confiar
5. Permitirme mis momentos de soledad
Si es necesario, consultar con un psicólogo que ayude a la persona a manejar el temor, el sentimiento de culpa o la ansiedad y a recolocar emocionalmente lo que se perdió para seguir viviendo.
En lo referente al área COGNITIVA – MENTAL considerar lo siguiente:
1. No exigirse demasiado a nivel intelectual
2. Evita lo que contamina tu mente: ruidos, violencia, negativismo, información,...
3. Redacta objetivos a corto plazo
4. Toma tiempo para decidir que hacer con los objetos de recuerdo
5. Informate de los procesos de duelo con libros, películas, etc.
6. Escribe un diario.
La dimensión ESPIRITUAL es humana y universal. No es la religión. Para cuidar esta dimensión:
1. Crear un espacio especial donde darte el permiso para sentir y expresar lo que necesites.
2. Realiza prácticas de silencio .
3. Buscar lo que nutra espiritualmente: Meditar, leer, escuchar música, pintar.
4. Hacer actividades que potencien la creatividad artística.
5. Rememorar y celebrar la vida del ser querido.
6. Realizar rituales de recuerdo y honra a la persona fallecida.
7. Escribir cartas: de lo que le habría gustado poder decir a la persona antes de su muerte.
ACOMPAÑAMIENTO
Acompañar es estar junto a. Y es un arte que nos suele faltar desarrollar a la mayoría. Para orientar, una deliciosa explicación sobre qué implica acompañar, según Alan D. Wolfet, psicólogo experto en duelo:
1. Acompañar consiste en estar presente para el dolor de otra persona, no hacer que su dolor desaparezca.
2. Acompañar consiste en ir al desierto del alma con otro ser humano, no creer que somos responsables de encontrar la salida.
3. Acompañar consiste en honrar el espíritu, no enfocarse en el intelecto.
4. Acompañar consiste en escuchar con el corazón; no analizar con la cabeza.
5. Acompañar es dar testimonio de las luchas de otros; no juzgar o dirigir esas luchas.
6. Acompañar consiste en caminar al lado; no conducir o ser conducido.
7. Acompañar consiste en descubrir los dones del silencio sagrado; no significa llenar con palabras cada momento.
8. Acompañar al que sufre consiste en quedarse quieto y en silencio; no querer moverse frenéticamente hacia adelante.
9. Acompañar consiste en respetar el desorden y la confusión; no imponer orden y lógica.
10. Acompañar consiste en aprender de otros; no enseñarles.
11. Acompañar consiste en tener una actitud de curiosidad y no de expertos.
EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE (ECM) Y VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE
Varios autores dan por probado que, tras la muerte de una persona, se libera la información subatómica que llevamos, siendo expulsada hacia el exterior. Y que si este proceso es temporal y la persona vuelve inesperadamente a vivir, esta sustancia regresa al cuerpo. Esta sería la explicación de quienes dicen haber vuelto de la muerte.
“El universo físico, tal cual lo conocemos, está basado en nuestra percepción, lo que vemos y sentimos, pero después de morir existe el infinito”
Lo que conocemos como “muerte” es la pérdida irreversible de las funciones vitales con el desprendimiento del espíritu, o sea, desencarnar. Sin embargo, la muerte es tan solo una ilusión pues la vida es eterna. Si lográramos comprender esto viviríamos seguramente de un modo diferente, valorando y disfrutando lo que tenemos, dándole importancia a lo que es realmente trascendente, aquello que nos llevaremos en nuestro corazón y espíritu. Estos cambios de vida se dan en las personas que han vivido un episodio grave y han vuelto a recuperarse; quizás tantas personas que coinciden en sus experiencias nos estén enseñando a revisar nuestras vidas y creencias de quiénes somos ….¡lo dejo a tu criterio!.
APORTACIONES DE LAS PERSONAS ASISTENTES
“Las pérdidas son algo que con la edad vas asumiendo”
“He ampliado mi visión sobre el Duelo, que viene con las varias pérdidas a lo largo de la vida, no solo con la Muerte. He entendido que es importante atravesar un proceso de duelo sano, en todas sus fases. Y que la pérdida no solo afecta a la persona a la que le ocurre; también es relevante saber, a quienes la acompañamos, que decir y hacer o no”
“La apertura para aprender a cambiar la aceptación de la muerte como algo doloroso y que así llevemos una vida más plena”
“Me llevo aprendizaje para saber afrontar las pérdidas de manera consciente. Y como la compañía en silencio puede ser más efectiva que decir algo con buena intención, pero que no ayuda al doliente”
“Me he dado cuenta que no temo a la muerte y que después de esta vida me he abierto a otras formas/dimensiones, que hay otra mejor, que hay que estar preparadas, porque la muerte, al igual que el nacer, está presente en toda vida”
PARA REFLEXIONAR
Películas: Soul; Ghost, más allá del amor; Coco; Nuestro hogar; Los hijos del ayer; La habitación del hijo; La vida continúa; No te mueras sin decirme a dónde vas; Despedidas; 7 almas; Las cinco personas que conoces en el cielo.
Videos: “El morir, escuela de vida“, Enric Benito; Que nos mantiene felices”, estudio de la Universidad de Hardvard; “Qué pasa cuando morimos”, Naty Faviano y Andrea Barnabe; “El sentido de la vida (y Dios) para la neurociencia”, Nazareth Castellanos; “Qué hay después de la muerte?, Emilio Carrillo”; “Morir no es lo que parece”, Fidel Delgado.
Libros: “La muerte un amanecer” de Elizabeth Kübler-Ross y, para niños, “Recuerda el secreto”; “Lo que la muerte nos enseña: Las cinco invitaciones” de Frank Ostaseski; “Muero por ser yo” de Anita Moorjani; “La muerte enseña a vivir” de José Carlos Bermejo; “El camino de las lágrimas” de Jorge Bucay; “Volver a vivir. Diario del primer año después de la muerte de un hijo” M. Castro
Cada día surgía comentar algo relacionado con el tema que nos había ocurrido durante la semana. ¡Parece que hemos estado muy bien acompañadas!
Las reflexiones finales me hacen pensar que se ha abierto la perspectiva ante el significado e implicaciones de conocer de que va realmente la muerte y lo que es la vida.
No olvidemos vivir aprendiendo y disfrutando cada día de existencia en esta bella Tierra. Un abrazo.
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