6.
TRASCENDENCIA
Dentro
de esta virtud hablamos de las fortalezas que nos conectan con la inmensidad
del universo, cuando nos vemos más allá de nuestra experiencia humana y de lo que escapa a nuestra comprensión.
Nos relacionamos con lo que nos rodea de una forma que nos hace descubrir un
sentido, un propósito y un significado más profundos.
Me
resulta llamativo que es cuando pasamos por circunstancias difíciles
(enfermedad, muerte, pérdida de pareja, falta de trabajo, aislamiento,...)
cuando generalmente más se nos activa esta apertura a lo que nos trasciende de
lo terrenal.
20. BELLEZA, CAPACIDAD DE ASOMBRO
La belleza, esa
característica que nos hace amar la
naturaleza, las obras literarias y artísticas, las personas... infundiendo en
nosotros deleite espiritual y conectándonos con la excelencia y el placer
supremos. Hay una sensación como de captar la vida rebosante de majestuosidad,
misterios desconocidos, caos organizado de forma incomprensible para nosotros.
Es como si una emoción que casi no podemos sostener en nuestro cuerpo nos
sobrepasase, nos envolviese; es una experiencia que deja una maravillosa
sensación de bienestar, sobrecogimiento, plenitud, éxtasis, gozo, serenidad,
majestuosidad, sabiduría, misterio... (bueno, cada cual la experimenta a su
propia manera, pero generalmente hay detrás algo de esto) que no podemos
manejar o controlar, durante un espacio de tiempo más bien corto.
La apreciación de la belleza está muy relacionada con el
asombro en el sentido de admiración, sorpresa, maravilla. Y también es como si
se produjera una activación, como si se nos diera un empujón hacia un cambio a
algo mejor.
Estas
experiencias se pueden identificar fácilmente y seguro que has vivido alguna de
ellas: ver nacer a tu hijo, contemplar una puesta de sol, perder el sentido del
tiempo inmerso en la lectura de un libro, emocionarte al participar en una
buena acción,... La belleza física, los talentos o habilidades y la ética son
las causas que dan pie a las vivencias de esta fortaleza.
Una forma de encontrar sentido a la vida cotidiana, de aumentar nuestras emociones placenteras y mejorar nuestra salud física y mental es apreciar la belleza que nos rodea. La naturaleza es para mí una fuente infinita de belleza, aunque realmente la belleza se puede encontrar donde quiera que vayamos si vamos con la actitud para ello y nos concedemos un tiempo para observar alrededor.
La belleza depende siempre de los ojos del espectador, quizás lo
que a mí me parece admirable a ti no, pero eso no es lo que nos interesa aquí
sino el sentirla, cada uno a nuestro personal modo, e impregnarnos de ella.
Disfrutando de la belleza y el asombro
1-
Pregúntate y deja que las respuestas lleguen desde el corazón:
“¿Cómo sería saber que tu siguiente suspiro será el último?”. (Jim Caviezel
en La delgada línea roja)
¿Sigues asombrándote? ¿Cuál fue la última vez que algo/ alguien te
asombró y que fue concretamente?
¿Dirías que cada día sucede, ves, sientes, escuchas, ...algo
bello? ¿Qué? Anota ejemplos.
¿Te atrae más la atención una noticia negativa/pesimista/alarmista
o una positiva/optimista? ¿Cuál lees a fondo en el periodico? ¿Sobre cúal
centras tus comentarios al hablar con otra persona?
¿Percibes si hay diferencia cuando hablas/lees/escuchas sobre
hechos o personas desgraciados o agradables? ¿Cómo te sientes en uno y otro
caso? Cansado, malhumorado, sin ilusión, desesperado,.... activo, optimista,
con iniciativa,.....
¿Te interesas por aspectos de la naturaleza, el arte, la ciencia?
¿Cuáles? ¿O lees revistas sobre la vida de otros, sobre cómo va tu equipo de fútbol o quedas siempre con la misma
gente en el mismo sitio para charlar del mismo tema?
¿Te has planteado que si tu siguiente inspiración fuese la última
te gustaría hacer algo antes? En caso afirmativo, ¿qué? ¿Lo has hecho ya?
¿Estás dispuesto a hacerlo? ¿A qué esperas para hacerlo?
Esa persona que ha hecho de su trabajo un arte (¿conoces a alguien
así?), reflexiona o pregúntale: ¿cómo
has llegado a embellecer lo que haces?
2- Elige una experiencia
(nacimiento de tu hijo, primer beso amoroso, melodía que te conmueve,
sabor que te encanta, paisaje que te extasia,...) que te sobrecogió de belleza
y asombro y tráela al presente para conectarte con las sensaciones y emociones
de paz y plenitud y darte una dosis de salud integral. Recréalo todo lo
vividamente que seas capaz, trayendo todo lo que tus sentidos y recuerdos
puedan proporcionarte. Lo puedes hacer en 5-10 minutos (depende de tu
habilidad) y los efectos beneficiosos te acompañaran mucho más tiempo.
No consiste en anclarte al pasado, sólo lo utilizas para producir
en tu cuerpo unas señales que trasladar a tu mente y espíritu.
3- Rodéate de cosas bellas; puedes adquirir únicamente una pieza
que sólo mirarme te conecte con el más sublime gozo. O no tienes ni que
adquirir nada, entra a un establecimiento donde encuentres eso que te conmueve
y contémplalo. O fíjate cuando caminas por la calle en esa mirada amorosa que
se dedican esa madre y su hijo, esa pareja de novios.....
Elige igualmente compartir todo lo que puedas el mayor tiempo que te sea posible con “bellas” personas: humanas, cálidas, bondadosas, alegres,
tolerantes, empáticas, creativas,...
4- Atrevéte a escribir o dibujar una reseña de la belleza que hay
en ti. ¿El tamaño de tus ojos, cómo conjuntas los colores al vestirte, tu dedo
meñique del pie izquierdo, cómo ladeas la cabeza cuando escuchas atentamente,
cómo repartes el aceite en la ensalada, tu voz modulada cuando hablas con un
anciano, ...?
Y sin falsas humildades...celebra todo lo que has indicado y
disfrútalo potenciándolo mostrándolo al mundo.
5- Cambia tus gafas de ver
la vida: a veces la belleza está ahí, por todos lados, y tú, con tu mirar la
enturbias o camuflas. Mira, siente, escucha, camina, vive con una actitud menos
derrotista, pesimista, densa y aparecerá todo lo que te rodea iluminado con
otro brillo.
Entrénate para descubrir
cada día ¿1,2,... 100? bellezas a tu lado.
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