METODO KAIZEN, LA REGLA DE 1 MINUTO o cómo mejorar continuamente
El método Kaizen (“kai” = cambio y “zen”
= sabiduría) deriva de la cultura japonesa y
plantea no pasar ni un solo día sin mejorar. También se le conoce como
“La regla del minuto”. Es una creación de Masaaki
Imai, y propone ¡adquirir un
nuevo hábito únicamente realizando una tarea durante un minuto al día, cada día a la misma hora!
“El camino más largo comienza con
un sólo paso”
Un minuto supone poco tiempo.
¿Quién no dispone de un minuto?
Hacer algo sólo un minuto es factible.
Evita emplear excesiva energía para comenzar
Cualquiera que se implique logra lo que se propone
No se desperdicia energía creando excusas para no materializar.
Con estas premisas, el cerebro percibe cualquier tarea como
un reto posible, ya que requiere un mínimo esfuerzo muy asequible, y al realizarse de forma
repetitiva todos los días a la misma hora esta reiteración fácil conlleva
que pronto realice las conexiones neuronales que automatizan el hábito.
Así;
> Pierden fuerza los pensamientos negativos, la pereza, el
fracaso, los autosabotajes,...
> El cumplimiento diario genera motivación
> Ayuda a centrarse y a pensar que se
pueden conseguir cosas
> Se evitan sentimientos de culpa, fracaso,
impotencia
> Te sientes satisfecho, al haber conseguido el objetivo
establecido
> Clarifica para perseguir metas realistas y no plantearte
grandes tareas que pueden superarte
> Vas a tu propio ritmo, esforzándote cada día un poco más,
sin presionarte.
> Te refuerzas y anclas en
una espiral de cambio y superación.
Creada la costumbre, ampliarlo a más minutos es fácil.
Podemos fijarnos nuevos pequeños pasos hacia el objetivo y aumentar los
tiempos. Y puede emplearse en lo profesional y en lo personal.
“La
perseverancia es el terreno en el que germinan los progresos”
Esta filosofía se basa en la gradualidad y la continuidad.
Para no sentirnos desbordados,
descomponemos nuestras metas en tareas
pequeñas, así vamos avanzando paso a paso y nos mantenemos motivados y
reforzados. Sólo exige perseverar y dar estos pasos continuamente, cada día. Podemos comenzar planteándonos:
- ¿Qué quiero conseguir y para qué?
- ¿Qué hábitos necesito poner en práctica para alcanzar esos
resultados?
- ¿Cuál es el pequeño paso más grande que puedo dar para
empezar?
La clave: prácticar cambios tan pequeños que resulte
imposible fallar o procrastinar (aplazar).
“El que todo lo aplaza no dejará nada concluido ni
perfecto” Demócrito de Abdera
Para utilizarlo cuando
. sé a dónde quiero
encaminarme, pero la meta me parece demasiado lejana
. no me atrevo a dar el primer paso
. me desborda la complejidad de lo que me he propuesto
. estoy estancad@ o el próximo paso a dar me causa temor
. me estoy planteando abandonar porque veo mucha dificultad
por delante
Vuelvo a dejar este enlace como ejemplo ;) Meditar 1 minuto
No hay comentarios:
Publicar un comentario