La juventud está con soledad a todas horas. Lo oculta con móviles, drogas y máscaras para la personalidad de último diseño.
Lo peor es que recibe todas las consecuencias sin ella ser la responsable. Hay unos padres y unas madres, que, incapaces de volar por si mismos, no han legado ni migajas de confianza, ni seguridad, ni habilidades, ni ilusión por la vida.
Mamá, papá ¿porqué no empiezas por conocerte, respetarte y liberar tu saco de miedos?
Deja de enfocar en mis fallos, revisa tus propias carencias y necesidades.
Y, por favor, aprende a quererte bien para que reciba por fin tu mirada limpia y firme cargada de amor hacia mí. Que tu mano me sostenga y aliente a caminar con seguridad y alegría en mi día a día.
PD: La buena noticia.
No te creas chaval/a que estás sol@. Hay much@s dándole vueltas a las mismas cosas que tú, observando y explorando cómo tú, tragando en silencio o explotando como tú. Busca estas personas afines con valores, criterio, sensibilidad y hambre de vivir como tú.
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